viernes, 16 de agosto de 2013

LOS CUENTOS DE MI TIERRA / NIQUITAO: DETENIDO EN EL TIEMPO


NIQUITAO: DETENIDO EN EL TIEMPO

Unos 25 kilómetros separan a Niquitao de la capital del municipio Boconó en el Estado Trujillo. Zona agrícola y de encantos andinos, envueltos en una temperatura de 16 °C, este sitio se muestra como uno de los lugares más apacibles que la vista haya podido observar. Un paseo por sus calles hace sentir a cualquier visitante caminando por la Venezuela de hace 400 años.


Alguna vez escuché que Trujillo potencialmente, era el estado más turístico de Venezuela, pues cada uno de sus rincones tiene un encanto particular y  que en general ese aire de población de antaño le otorgaba el encanto de seducir al turista. Amén del problema de su vialidad, ciertamente esta pequeña entidad ofrece una gama de paisajes que se pasean por todos los tonos de verdes, y el camino a Niquitao no es la excepción.
El recorrido desde Boconó  a este pueblito, como de media hora, permite al visitante regodearse entre siembras de hortalizas, flores, hombres a caballo, mulas llevando la carga, el verde de las montañas y al final, un pueblito como sacado de las páginas de un libro de historia. De esos de calles angostas, muchas de piedras, casas de techos altos con tejas rojas, envejecidas por el sol, y el lento andar de sus habitantes caminando por el lugar, como si el día tuviera más de 24 horas, o no hubiera algo más importante que hacer, que adornar la hermosa escena. Allí en ese pueblo alumbrado por el sol, aquel turista que busca tranquilidad, realmente la va a encontrar.



A Probar las Mantecadas
De una manera muy rudimentaria, los oriundos de este poblado viven a ratos del turismo, pues su principal actividad económica es la siembra. Pero si, realmente son trabajadores, como se caracteriza a los andinos. Por eso Isabel Moreno pensó que ella tenía que hacer algo con su tiempo de ocio, lo que no sabía es que su producto casero la volvería tan famosa. Cuenta Isabel que cocina mantecadas desde que tienen uso de razón y que recuerda como su papá las llevaba orgulloso en mula a otros estados vecinos cuando no existía la carretera. Esta es una especie de torta que se hace con una combinación de harina (de maíz pilado), huevos, mantequilla, entre otros ingredientes; se colocan en moldecitos cuadrados y se meten un horno de piedra que la familia Moreno ha visto en su casa desde que la adquirieron. El olor de este postre sale por las ventanas de la vivienda y así fue como llegaron los primeros compradores a llevarse sus mantecadas envueltas en papel encerado. Luego se dieron cuenta que Isabel y su hijo son coleccionistas de antigüedades, y así la gente no sólo fue comprando sino recorriendo la estructura colonial para apreciar maquinas de escribir de diferentes generaciones, lanzas que asegura su dueña, fueron utilizadas por los andinos en la lucha independentista, grilletes de la misma época, y periódicos desde la fundación de la prensa en Venezuela. Entre el paseo y la degustación de las mantecadas, la artífice del postre, habla, sonríe, se siente feliz de recibir visita y asegura que vivir en este pedacito de suelo es como estar más cerca del cielo.





De los Vinos y sus Sabores
Precisamente como este pueblo demoró en desarrollarse por la falta de vialidad, hasta hace no mucho tiempo, sus pobladores esperaban los encargos en arreo de bestias que traían y llevaban  mensajes y mercancía. Así  cuentan que  el inmigrante Elbano Batoni se quedó esperando un día los vinos encargados desde su lejana Italia. Decidió así entonces que fabricaría su propio licor. Pero como no había viñedos pidió a sus empleados que recogieran las moras silvestres que nacían a las orillas de los caminos y aplicando la receta de sus ancestros obtuvo un delicioso vino del mosto  de la mora.
De esta forma nació esta empresa familiar que se encuentra en una de las calles de Niquitao y la cual hoy en día los descendientes de Elbano, se encargan de gerenciar. Vinos Batoni se realiza con moras especialmente cultivadas y seleccionadas en una hacienda de San José de la Mesa y luego llevadas a la fábrica artesanal para “utilizar la receta del abuelo” y obtener vinos con diferentes aromas. Seco, semi seco y dulce. Quien pasee por la avenida Bolívar del pueblo, puede pasar y degustar cualquiera de estas presentaciones y si tiene suerte ver la parte del proceso de producción. Además de eso, el relato que cuentan orgullosos los nietos, de cómo su familia echó raíces en este pueblo y como pretenden seguir haciendo vida en este lugar las futuras generaciones.





Naturaleza y Aventura
La visita a Niquitao no se limita a recorrer sus calles sino también a visitar sus alrededores, y los más aventureros pueden hacer caminatas hasta la Teta de Niquitao, que se aprecia en días despejados desde el pueblo. Esta es llamado comúnmente por la comunidad Picachu, y los baquianos hacen organizan excursiones para que  aquellos que cuentan con condiciones físicas puedan emprender la caminata. Ese monumento natural (decretado así en 1996), ofrece el típico paisaje de montaña de arbustos, frailejones y pastizales. Es hogar de oso frontino y el águila real. Y permite a quien lo camina sentirse como ascendiendo por una escalera hacia el azul del cielo. En días soleados desde la cima se pueden ver los páramos merideños y el pico Humboldt, y alrededor lagunas y toda la virginidad de la naturaleza.


Venga y Quédese que hay Donde
No son muchas las opciones de alojamiento dentro del pueblo, pero si, en los últimos años los habitantes de Niquitao han visto en esta una opción de ingresos. La Posada Niquitao fue una de las primeras del pueblo. En una casa de más de 400 años, se instalaron 16 habitaciones alrededor de un patio central, adornado con flores y objetos antiguos que los dueños han recolectado para mostrar al huésped. Un restaurante cuya especialidad es la comida italiana  completa la oferta de este lugar y hace de la estadía una agradable experiencia. Un poco más nuevo es el hostal El Paramito del Medio, este es un complejo amurallado con 6 cuartos, todo decorado con ese estilo que llaman rústico. Un área al aire libre con sombrillas, sirve para servir los desayunos compuestos por pastelitos andinos, bollitos, café caliente y arepas de trigo con queso. Mucoposada Musí es también otra opción, esta pertenece a la red de posada Andes Tropicales que busca fomentar el turismo en las zonas rurales. Su dueño Battone Pujol, es además el cronista del pueblo. Y aparte de ofrecer dos habitaciones con capacidad para ocho personas le muestra a las personas más de la cultura e historia de su pueblo. Llevándolos a recorrer sus calles y los monumentos que para ellos son importantes.  El turista quizás  comience caminando hacia la iglesia dedicada a San Bernabé, pero en los relatos de Pujol advierta que el pueblo es devoto de San Rafael de la Piedrita; y culmine su recorrido por esta tierra a mitad de camino entre Niquitao y las Mesitas, donde se levantó el monumento dedicado a los héroes de la “Batalla de Niquitao”. En ese lugar que muchos utilizan para tomarse fotos, una estructura blanca sobre la cual se erige una especie de obelisco puntiagudo, representa la victoria de José Félix Rivas y sus Tropas en la época independentista;  y el orgullo de los trujillanos de haber formado parte de esta lucha.











LOS DATOS
-          Niquitao se encuentra elevado a 1937 m.s.n.m
-          La Teta de Niquitao es el punto más alto del estado Trujillo, con 4006 mts. de altura.
-          La batalla librada por José Félix Rivas y sus tropas, tuvo lugar el 2 de julio de 1813.
-          Niquitao fue fundado en 1626

SI VOY DONDE ME QUEDO
-          Posada Niquitao: (58)271-8852049 / 414-5926996 pina2mil@yahoo.com
-          Posada Paramito del Medio: (58)272-4150633

-          Mucoposada Musí: (58)271-8852069/416-2704261

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