miércoles, 24 de julio de 2013

PIE DE PÁGINA DE MARGARITA


Fuimos invitados a ofrecer unas charlas en un congreso de turismo y hotelería en Nueva Esparta. Muy contenta con la oportunidad que me brindaba CIHOTUR (http://www.cihotur.com/) de compartir con estudiantes de ambas especialidades y  sentirme como si nuevamente estuviera en un aula de clases, partí con  mi socio, amigo, fotógrafo y algunas cosas más  a disfrutar de los encantos del lugar que probablemente más extranjeros conozcan fuera de nuestras fronteras y al que los venezolanos le tienen una exquisita adoración. El objetivo no sólo era participar en el evento sino recorrer también  algunos lugares de la isla para entregarlos en forma de letras a nuestros seguidores. La primera sorpresa la recibimos en el aeropuerto. Un amigo al que tenía veinte años sin ver, esperaba en la fila del chequeo delante de nosotros. Quien me conoce sabe cuan escandalosa puedo ser al ver a alguien que aprecio y más si tengo tanto tiempo sin saber de él. Hubo intercambio de números y de recuerdos en los escasos minutos que  nos permitió la cola, lo mejor de todo, estaría en Margarita.

La jornada fue apretada, la Dirección de Turismo de la Alcaldía de Maneiro diseñó un cronograma que nos permitiría conocer lo que más pudiéramos de Pampatar. El castillo, el fortín, algunas playas, desde el vehículo la zona de Los Robles y su capilla en lo alto de un pequeño cerro, los hoteles (que bonitas y confortables opciones tienen) y sobre todo la avenida principal de la localidad fueron presentadas ante nuestros ojos y ante el lente de la cámara, no podía faltar la oferta gastronómica enmarcada en el elemento autóctono.






El evento por su parte fue un éxito. Los organizadores no esperaban una participación superior a las doscientas personas y resulta que más de cuatrocientos jóvenes se hicieron sentir por todas las instalaciones del Hotel Hesperia Margarita (http://www.hesperia.es/nh/es/hoteles/venezuela/isla-margarita/hesperia-isla-margarita.html). Ubicarlos era fácil, no sólo por sus franelas con el logo del congreso, sino porque además se aglomeraban era en la barra que ofrecía las famosas piñas coladas de los hoteles todo incluido. Pero también muy juiciosos asistieron a atender a los ponentes. Escucharon sobre hotelería de alto impacto, inteligencia emocional, psiconeurolingüística, tráfico aéreo, turismo mundial y a esta servidora contando su experiencia del tema a través de los  medios de comunicación.
Culminado el compromiso seguimos con nuestro guía, el Director de Turismo de la Alcaldía de Maneiro, para caminar lo que el llama La Zona Rosa de su municipio. Una avenida que en los últimos tiempos se ha venido convirtiendo en el  asentamiento de restaurantes, heladerías y centro nocturnos. La caminamos, entramos a varios locales y conocimos hasta a una Frida Kahlo margariteña, una pequeñita en su atuendo se paseaba por las calle pavoneando su gracia.



Nuestro paseo por Pampatar continúo al siguiente día para visitar Waterland Mundo Marino (http://www.waterlandmundomarino.com/), su directora comercial Shajarí Díaz me extendió la invitación durante la feria de AVAVIT y no dude en aceptarla para ver de cerca esos animales que tanto me fascinan, siento que son sanadores, juguetones, sociables y de una inteligencia casi enigmática. Por supuesto mi socio como buen hipster que es, no demostró emoción, no le atraen estos cetáceos, pese a esto, las imágenes que captó fueron sencillamente hermosas, salidas del corazón. En el lugar, varios de los entrenadores son extranjeros, así que la tertulia sobre Kingston,  Ciudad de México y Cancún y nuestras ganas de ir a esos destinos aderezaron la tarde.

Algunos amigos y personas apreciadas viven ahora en este lugar donde la comodidad impera. Sandalias, short y franelilla es la premisa de muchos al vestir; al recorrer sus vías y sentir tranquilidad se entiende por que ellos  decidieron volar e instalarse en un sitio donde el sol se oculta tarde, la brisa refresca con olor a mar y la vida pareciera que siempre estuviera de fiesta. Con una de ellas y mi amigo, aquel que encontré en el  aeropuerto fuimos a conversar, a recordar los viejos tiempos, donde no puede faltar  el tema de nuestra época dorada en RCTV. Un centro comercial y unas cervezas clandestinas sirvieron para reír y charlar. pero como siempre, el deber llamaba, quedaba una entrevista más.



Hace unos años tuve la oportunidad de conocer a Sumito Estevez (http://www.sumitoestevez.com/), uno de los chef más conocidos en nuestro país y quizás también el más mediático. Aquella fue una entrevista improvisada, tosca y poco preparada de mi parte. Repartía mi tiempo entre narrar noticias, sacar adelante mi proyecto de programa de turismo y atender un hogar, llegó el día y no me preparé lo suficiente, no tengo excusas, pero las doy. Así que esta vez no me tomaría por sorpresa. Mi socio, compañero, fotógrafo y demás  es una biblioteca con dos piernas y se dedica por temporadas a leer sobre ciertos temas, corrí con suerte que esta sea su época de lectura sobre gastronomía. Con él me instruí un poco, me señaló en libros personajes parecidos a nuestro entrevistado, me mostró videos y juntos en los únicos veinte minutos que pudimos disfrutar de playa nos dedicamos a leer parte del blog de Estevez. Lo mejor del encuentro fue descubrir que tanto Sumito como  yo tuvimos actitudes diferentes. Yo no era tan inexperta como en aquella primera oportunidad, él no era tan esquivo como me pareció en aquel momento. Durante la conversación dejó ver que necesitaba cambiar su forma de vida al mudarse en este lugar y abrir un "tilinguito" como llama a su bello restaurante ubicado en la avenida principal de Pampatar. Comprendí que las mentes brillantes se aburren fácilmente si su interlocutor no le ofrece un tema de conversación de donde ellos puedan extraer algo. En esta oportunidad sonrió, conversó largo y hasta nos invitó a cenar, comida por demás memorable, donde no había ningún producto que fuera ajeno nuestro  paladar y que sin embargo en conjunto se trató una fiesta de sabores en la boca que celebraba como la primera vez  que recibe un beso de la persona deseada.



Nuestra amiga que muy cordial se ofreció a llevarnos al restaurante del cocinero, compartió con nosotros esta experiencia y  que luego  dijo querer conducirnos hasta el hotel no sabía lo que le esperaba para el final de la velada. La distancia de Pampatar a donde nos alojábamos era larga y ella poco ducha en esas tierras; un desvío la hizo caer en las oscuras calles de una comunidad cercana a Juan Griego, esas que en el día están llenas de vendedoras de empanadas a las puertas de sus casas, de bicicletas en la vía, de vehículos con turistas preguntando direcciones. Esa que en la noche cambia, se torna lúgubre y vacía, y hasta da miedo. Su carro tiene un odioso sistema  corta corriente y ahí se quedó, en medio de la vía, haciendo ruido con la alarma, enterando a todos de nuestra presencia en la zona, pese a esto nadie salió a ayudar o a robar. Sólo tres jóvenes en una esquina miraban sin acercarse. Me atreví, fui a pedirles ayuda. Ellos revisaron el carro, no encontraban solución. Tres patrullas aparecieron de repente. Que diligente  la policía en esta zona, pensé. empujaron el carro hasta una esquina donde molestara menos, los oficiales se fueron, nuestra amiga caía en desesperación. De pronto este robusto muchacho consiguió la solución, desactivó la alarma. Pedimos a nuestra compañera que se fuera a su casa, estaba lejos. Nuestros nuevos amigos nos conseguirían un taxi.
Al confesarles nuestro agrado de que la policía en la zona estuviera tan dispuesta a ayudar, nuestro benefactor, hizo su propia confesión: "Tengo casa por cárcel y cada vez que algo raro sucede en el sector ellos vienen". Sólo quedó mirarnos y por supuesto preguntar ¿por qué estás preso? "complicidad en doble homicidio". Para que preguntamos, me dije a mi misma.
Este hombre desparramó su historia en la oscuridad, una donde adelantaba que pagaba un crimen que no cometió. Habló de una riña y alguien que sacó un arma, de estar presente en el lugar y hora equivocados, de haber pasado tres años en la cárcel, de haber conseguido un benefició que le permite por lo menos estar encerrado en su casa sin tener que aguantar el abuso de poder de la llamada autoridad. El taxi llegó y quisimos compensar de alguna manera la atención con una propina. No la recibió, solo estrechó nuestras manos.
Llegamos al hotel de madrugada para salir a las seis de la mañana a Caracas y pensamos, Margarita nos mostró varias de sus caras en esta visita, la del sol que quema sobre la piel, la de la sonrisa, la del trabajo, la de la historia, la del rencuentro,  la de la cultura, la de los que adoptan esta tierra para si y la de los que tal vez se equivocan y buscan reivindicarse con la vida.


2 comentarios:

  1. Excelente reportaje. Me gusta. Tuve la oportunidad de conocerla en el Congreso de Cihotur, Exclente persona. Exitos y bendiciones. Carlos Mendez.

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  2. Muchas gracias por tan lindo comentario. Un abrazo

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