Yaracuy se
ubica en el centro occidente del país, de geografía montañosa. Dicen los libros
que es porque allí termina la Cordillera de los Andes. En su capital San Felipe
predomina la vegetación en sus calles. Arboles a cada lado de la vía hacen más
amable la vista de sus avenidas. En las afueras de la ciudad existe un sitio
donde se puede decir en voz alta y con signos de exclamación ¡ESTO ES
NATURALEZA! El Parque de la Exótica Flora Tropical es ese lugar que combina,
paisajes naturales, deportes de aventura, comida gourmet, alojamiento de lujo y
hasta relajación para el cuerpo.
Texto: Erika Paz
@erikapazr
Fotos: Raymar Velásquez
@raymarven
Una de las cosas más agradables de llegar al Parque
de la exótica Flora Tropical es que en
cada visita se encuentran rostros amables y conocidos, Julio Parra es una de
esas caras. Este joven yaracuyano ya tiene Trece años conociendo el lugar,
recorriéndolo y sintiéndolo suyo. Dice que como él casi todo el personal es
seleccionado por Esteban Von Fedak, dueño de la hacienda y quien aún permanece al pie del cañón, y al
frente de lo que fue su visión para estas tierras de las que se enamoró en
1976. Julio fue entrenado para conocer cada una de las plantas que conforman el
parque que se precia de ser el más grande de su tipo en Latinoamérica, y más allá de eso para comprender
cada pieza que conforma un lugar que se ha venido levantando poco a poco con
los años y que cada vez incorpora más actividades para el disfrute de los
diferentes tipos de turistas que lo visitan. Y pese a que confiesa ya no
visitarlo tan a menudo como antes pues sus obligaciones lo llevan a otra de las
empresas del grupo, es una de las personas más idóneas para dar a conocer el
funcionamiento del espacio; el asegura que este rincón tiene un encanto
especial que hace que cada visita sea única y sorprendente ante todos los
sentidos humanos.
Todo
Comienza en la Exótica Flora Tropical
El jardín que conforma este hermoso paisajismo fue
creado sobre lo que alguna vez fue una misión de monjes capuchinos entre los
siglos XV y XVIII. Para esto se solicitaron los servicios de Jean Philippe
Tose, paisajista y botánico de origen francés, quien realizó un trabajo de diez
años que consistía en crear “cuadros vivos” como todos los llaman en el sitio.
Plantas de Colombia, La India, Cuba, Jamaica, Martinica. Brasil, Italia, Costa
Rica fueron traídas al lugar para comenzar la composición.
En la actualidad los visitantes pueden hacer el recorrido
de unos cuatro kilómetros caminándolo, en carretas tiradas por caballos o en electro
móvil. Los guías siempre amables y sonrientes van contando las historias y
mitos del parque, y señalando los diferentes tipos de plantas que se van
encontrando en el camino, pues hay más de diez millones de plantas trabajadas.
“La que ven allí es una heliconia, esta otra es una
bromelia, aquí hay un tipo de orquídeas y estas son gingers, comenta la simpática guía”.
Los monos araguatos van haciendo también su labor de gritar a cada paso de los
turistas. Y en un poco más una hora se completa el paseo que deja un sabor a
reencuentro con la tierra.
La Misión y
su Encanto
“Cuando removían tierra y daban forma al parque se
encontraron los restos de lo que fue la misión”, explica Julio. De allí nace la idea de darle forma a una casa que
asemejara esa estructura. De arquitectura colonial la vivienda principal cuenta
con una capilla, una tienda de artesanías, un museo con piezas de la época donde
tienen hasta una réplica de la espada de Cristóbal Colón, dice Julio que la más
exacta que se ha conocido, y tres restaurantes con diferentes tipos de comidas
para complacer paladares. Los fines de semana un grupo musical ameniza las
tardes en lo que pareciera un patio de secado. Este se encuentra lleno de
guacamayas que se dejan fotografiar junto a los visitantes que desean llevarse
el recuerdo.
Piezas como la campana de la capilla y el mismo
piso de la pequeña iglesia son originales del siglo XVIII.
El Hotel:
Para Desconectarse
La última construcción que se hizo para este
complejo fue la del hotel, ochenta y un habitaciones donde el lujo es la
materia imperante. De esta forma la gente ya no tendría que irse de este
paraíso tropical al finalizar la tarde, sino que también contaría con la opción de
quedarse para disfrutarlo durante todo un fin de semana. Julio Parra afirma que
las épocas de mayor afluencia de temporadista son las de Carnaval y Semana
Santa, pero que sin embargo, casi siempre están a casa llena con huéspedes que
vienen de diferentes zonas de Venezuela y hasta fuera de las latitudes del
país, atraídos en principio por la experiencia de conocer las diferentes
especies que se pueden apreciar en el bosque. Pero además por la oferta que
muestra este sistema de alojamiento engalanada por su piscina, la comodidad de
sus espacios y su spa que pone la guinda sobre el pastel de relajación que el
citadino busca.
La Vista
Desde Arriba es Fantástica
Por si fuera poco el parque no sólo se puede ver
desde abajo sino que desde hace algunos años la aventura se puede disfrutar
desde las alturas. Para esto fue incorporada la actividad de arborismo donde
los más arriesgados suben a una plataforma de veinticinco metros y desde allí
comienza el descenso por cuatro estaciones más donde se pueden observar los
centenarios árboles que componen este bosque. Si se corre con suerte uno que
otro pájaro carpintero se dejará ver en el recorrido. La guiatura está a cargo
de jóvenes estudiantes de la zona de San Felipe y sus alrededores que han sido
entrenados durante años para entretener con sus piruetas pero principalmente
para ofrecer seguridad a las personas que deciden deslizarse sobre las copas de
los árboles para ver desde otro punto de vista uno de los parques más bonitos con
los que cuenta Venezuela.
- ¿El lugar se cierra algún día?
- ¡ Nooooo! dice Julio enfático, " aquí abrimos de
lunes a lunes para que cualquier día de la semana el turista pueda disfrutar
del paraíso".
COORDENADAS
Horarios: Lunes a Domingo de 8:00 AM a 5:00 PM
Contactos: (58)254-6000000 / 414-9542982 mercadeo.ventas@hotellantiguamision.com
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