miércoles, 16 de julio de 2014

EL EQUIPO NÚMERO 1



Los periodistas a veces tenemos equipos de trabajo algo diferentes a los que usualmente cultiva una persona que está en una oficina ocho horas al día. Se trata de un grupo reducido de compañeros  dependiendo del trabajo que se haga. Cuando comencé en esto de trabajar en la calle mi grupo de labores diarias se redujo a dos personas, camarógrafo y asistente, con el tiempo hubo un luminito, un sonidista y más asistentes.  Así aprendí a tener pocos compañeros y a trabajar sólo con hombres, cosa que  no me disgusta, son menos complicados, bueno algunos, no compiten  y si una mujer pasa mucho tiempo a su lado la tratan como a uno más de su género.
Este último año ha sido particular, volví a trabajar en equipo,  seis varones que se alternan y que se han convertido en mi  grupo de trabajo, mis compañeros de viaje, mis amigos y  hasta amigas y en ocasiones mis dolores de cabeza. Se trata de uno de esos grupos vario pintos, como aquellos de las películas de niños que forman un equipo de béisbol  tienen todas la de perder en la trama porque son gorditos, usan lentes, no pueden correr o sufren de asma pero que al final siempre ganan; bueno así somos nosotros,  tan diferentes y aunque no lo hayamos buscado con tantas cosas afines. En ocasiones como el escuadrón Mete la Pata, a veces como Los Vengadores y bueno, también como los Chicos del Barrio.

La Paciencia y Serenidad  
A Raymar lo definen tres aspectos: su religión que es el fútbol, su primer amor que es el cine y su fe que se trata de la música. Jamás me vi trabajando con una pareja, soy explosiva y terca, pero Ray es todo lo contrario; aguanta, piensa y resuelve, lento para mi gusto, pero siempre termina demostrando que su forma de hacer las cosas es la correcta. No debería alabarlo mucho pero hay que reconocer que es multi hombre  pues  toma fotografías, hace video y edita, y además dirige el programa, eso cuando lo dejo porque sé que soy necia y cuando el indica una toma ya yo he volteado los ojos para sugerir otra.   Es quien más se preocupa por la comida del grupo, pero no porque se interese por su bienestar, sino porque él siempre tiene hambre, es quien más disfruta los momentos en la mesa, su amor por la comida va más allá del hambre, porque tiene un verdadero interés en el aspecto gastronómico de los lugares, por él hemos investigado la cultura a través de los platos más a fondo. Duerme hasta parado y con tan sólo cinco minutos ya tiene  fuerzas para continuar el día. Cuando comenzó con esto  en agosto del 2013 nunca había salido del encierro de sus computadoras e internet; ya tiene cuentos de carretera que contar a sus nietos.







Dulce y Ácido
A quien primero buscamos para emprender esta experiencia fue al camarógrafo. Tenía que ser ágil, creativo, buen ojo y guerrero. Así fue como encontramos a Chicho. Es el mayor de nosotros y es un verdadero personaje que está de buen humor sólo hasta las diez de la mañana, hora en que desea que se termine la jornada; siempre tiene un dicho o apodo a flor de piel, así que hace reventar las carcajadas a dónde vamos. No dice gay sino pataruco, no indica que alguien está quieto sino como mariposa de museo, para explicar que grabó algo dice “eso está plasmado allí”. Su “tono sobrio” termina  siendo el centro de  atención en cualquier punto del país, y aunque me enloquezca casi todos los días mientras estamos de viaje, sé que me costaría mucho trabajar sin él.




Despiste e Inteligencia
El mejor negocio que hicimos con la productora que nos alquila parte de los equipos es haber incluido a Walter en el paquete. Antes usaba dreadlocks, gracias al Padre que no lo conocí así;  no tiene reparo en decirle aun entrevistado “plomo” para indicarle que siga, o “bórralo” para decirle que hable de otro tema. No creo que haya planchado nunca una camisa y tiene el don de resultarle simpático a todos, de entablar conversación con quien sea. Muy pocas veces se queja y siempre está dispuesto,  y además su mente es tan brillante como para saber de cámaras, luces audios y además construir urinarios ecológicos. Para rematar conoce de moda, tendencias y diseñadores aunque aunque la actitud no vaya con su vestuario.





Prudencia y Presencia
Cuando conocí a Eduard, pensé que no duraría un mes con nosotros, pero ya lleva un año y se ha convertido en un miembro más del grupo. A simple vista pareciera un arrogante jovencito, después se da uno cuenta que su apariencia forma parte de su personalidad. No se cómo puede estar con el resto, su barba siempre está bien cuidada, su cabello peinado, su ropa planchada y así como él se arregla mantiene la camioneta en la cual nos traslada. Mucho debe haberle costado permitir que en ocasiones la dejemos hecha un chiquero. Eduard ha manejado toda una noche y trabajado al siguiente día todo el día, calla y observa y ya maneja términos de cámara e iluminación. El término familia tiene gran importancia en su vida, eso lo hace el hombre que es.






Bondad e Inocencia
Bonachón es la palabra que podría definir al negro Alberto. Un muchacho bien criado como dirían por ahí, de familia unida, de madre y padre casados por años y que se mantienen unidos aun por amor. Cuando lo conocí no terminaba la universidad y tenía graves problemas con su ortografía, los sigue teniendo pero se ha convertido en un gran productor. Tiene control de grupo, resuelve problemas y mantiene el buen humor. Con Alberto he pasado buenas y malas y creo que es el productor que mejor se ha adaptado a mí en todos mis años de trabajo, tal vez porque se ha convertido en mi amigo, en mi hermanito menor.






El Nuevo
Christhian llegó hace poco y aún lo estamos conociendo. Chicho dice que es más delgado que un silbido e culebra por lo que no se ha salvado del chalequeo de los muchachos, sin embargo, ha sabido controlarlos. A veces se gritan, pero  resulta que a los cinco minutos están hablando de teléfonos, mujeres y música. Su fuerte es la fotografía y eso le permite tener estética de la imagen. Ya los muchachos le pusieron el apodo de Mentira Fresca, es fantasioso y hasta romántico pero al ver a su familia uno se da cuenta que es un buen muchacho.





Este es mi equipo número UNO, así nos llama Chicho, el término no se refiere a los mejores, sino porque este hombre de 54 años es adicto a los dibujos animados y nos compara con una serie creada en 1959 llamada Clutch Cargo, una comiquita cuyos personajes tenían labios reales superpuestos en las imágenes fijas de sus personajes, se trataba de un piloto que viajaba en su hidroavión con un niño llamado Pecas y su perro Salchicha. Los capítulos de este seriado culminaban casi siempre con la frase “una vez más el equipo conformado por…”, así que cada vez que terminamos la jornada de trabajo él relata nuestro día con la  oración acompañada de la frase “el equipo número 1” por ser el único equipo que hay, el que no tiene relevo. Para mi ellos si conforman el equipo número uno por su calidad, hacen de nuestro programa nuestro milagro semanal, algunos pocos hacemos lo que en muchos lugares requiere de 15 personas o más.