Los periodistas a veces tenemos equipos de trabajo
algo diferentes a los que usualmente cultiva una persona que está en una
oficina ocho horas al día. Se trata de un grupo reducido de compañeros dependiendo del trabajo que se haga. Cuando
comencé en esto de trabajar en la calle mi grupo de labores diarias se redujo a
dos personas, camarógrafo y asistente, con el tiempo hubo un luminito, un
sonidista y más asistentes. Así aprendí
a tener pocos compañeros y a trabajar sólo con hombres, cosa que no me disgusta, son menos complicados, bueno
algunos, no compiten y si una mujer pasa
mucho tiempo a su lado la tratan como a uno más de su género.
Este último año ha sido particular, volví a
trabajar en equipo, seis varones que se
alternan y que se han convertido en mi
grupo de trabajo, mis compañeros de viaje, mis amigos y hasta amigas y en ocasiones mis dolores de
cabeza. Se trata de uno de esos grupos vario pintos, como aquellos de las
películas de niños que forman un equipo de béisbol tienen todas la de perder en la trama porque
son gorditos, usan lentes, no pueden correr o sufren de asma pero que al final
siempre ganan; bueno así somos nosotros, tan diferentes y aunque no lo hayamos buscado
con tantas cosas afines. En ocasiones como el escuadrón Mete la Pata, a veces
como Los Vengadores y bueno, también como los Chicos del Barrio.
La Paciencia
y Serenidad
A Raymar lo definen tres aspectos: su religión que
es el fútbol, su primer amor que es el cine y su fe que se trata de la música. Jamás
me vi trabajando con una pareja, soy explosiva y terca, pero Ray es todo lo
contrario; aguanta, piensa y resuelve, lento para mi gusto, pero siempre termina
demostrando que su forma de hacer las cosas es la correcta. No debería alabarlo
mucho pero hay que reconocer que es multi hombre pues toma fotografías, hace video y edita, y además
dirige el programa, eso cuando lo dejo porque sé que soy necia y cuando el
indica una toma ya yo he volteado los ojos para sugerir otra. Es quien
más se preocupa por la comida del grupo, pero no porque se interese por su bienestar,
sino porque él siempre tiene hambre, es quien más disfruta los momentos en la
mesa, su amor por la comida va más allá del hambre, porque tiene un verdadero
interés en el aspecto gastronómico de los lugares, por él hemos investigado la
cultura a través de los platos más a fondo. Duerme hasta parado y con tan sólo
cinco minutos ya tiene fuerzas para
continuar el día. Cuando comenzó con esto
en agosto del 2013 nunca había salido del encierro de sus computadoras e
internet; ya tiene cuentos de carretera que contar a sus nietos.
Dulce y
Ácido
A quien primero buscamos para emprender esta
experiencia fue al camarógrafo. Tenía que ser ágil, creativo, buen ojo y
guerrero. Así fue como encontramos a Chicho. Es el mayor de nosotros y es un
verdadero personaje que está de buen humor sólo hasta las diez de la mañana,
hora en que desea que se termine la jornada; siempre tiene un dicho o apodo a
flor de piel, así que hace reventar las carcajadas a dónde vamos. No dice gay
sino pataruco, no indica que alguien está quieto sino como mariposa de museo,
para explicar que grabó algo dice “eso está plasmado allí”. Su “tono sobrio”
termina siendo el centro de atención en cualquier punto del país, y aunque
me enloquezca casi todos los días mientras estamos de viaje, sé que me costaría
mucho trabajar sin él.
Despiste e
Inteligencia
El mejor negocio que hicimos con la productora que
nos alquila parte de los equipos es haber incluido a Walter en el paquete. Antes
usaba dreadlocks, gracias al Padre que no lo conocí así; no tiene reparo en decirle aun entrevistado “plomo”
para indicarle que siga, o “bórralo” para decirle que hable de otro tema. No
creo que haya planchado nunca una camisa y tiene el don de resultarle simpático
a todos, de entablar conversación con quien sea. Muy pocas veces se queja y
siempre está dispuesto, y además su
mente es tan brillante como para saber de cámaras, luces audios y además
construir urinarios ecológicos. Para rematar conoce de moda, tendencias y
diseñadores aunque aunque la actitud no vaya con su vestuario.
Prudencia y Presencia
Cuando conocí a Eduard, pensé que no duraría un mes
con nosotros, pero ya lleva un año y se ha convertido en un miembro más del
grupo. A simple vista pareciera un arrogante jovencito, después se da uno
cuenta que su apariencia forma parte de su personalidad. No se cómo puede estar
con el resto, su barba siempre está bien cuidada, su cabello peinado, su ropa
planchada y así como él se arregla mantiene la camioneta en la cual nos
traslada. Mucho debe haberle costado permitir que en ocasiones la dejemos hecha
un chiquero. Eduard ha manejado toda una noche y trabajado al siguiente día
todo el día, calla y observa y ya maneja términos de cámara e iluminación. El término
familia tiene gran importancia en su vida, eso lo hace el hombre que es.
Bondad e Inocencia
Bonachón es la palabra que podría definir al negro
Alberto. Un muchacho bien criado como dirían por ahí, de familia unida, de
madre y padre casados por años y que se mantienen unidos aun por amor. Cuando lo
conocí no terminaba la universidad y tenía graves problemas con su ortografía,
los sigue teniendo pero se ha convertido en un gran productor. Tiene control de
grupo, resuelve problemas y mantiene el buen humor. Con Alberto he pasado
buenas y malas y creo que es el productor que mejor se ha adaptado a mí en
todos mis años de trabajo, tal vez porque se ha convertido en mi amigo, en mi
hermanito menor.
El Nuevo
Christhian llegó hace poco y aún lo estamos
conociendo. Chicho dice que es más delgado que un silbido e culebra por lo que
no se ha salvado del chalequeo de los muchachos, sin embargo, ha sabido
controlarlos. A veces se gritan, pero
resulta que a los cinco minutos están hablando de teléfonos, mujeres y
música. Su fuerte es la fotografía y eso le permite tener estética de la
imagen. Ya los muchachos le pusieron el apodo de Mentira Fresca, es fantasioso
y hasta romántico pero al ver a su familia uno se da cuenta que es un buen
muchacho.
Este es mi equipo número UNO, así nos llama Chicho,
el término no se refiere a los mejores, sino porque este hombre de 54 años es
adicto a los dibujos animados y nos compara con una serie creada en 1959
llamada Clutch Cargo, una comiquita cuyos personajes tenían labios reales
superpuestos en las imágenes fijas de sus personajes, se trataba de un piloto
que viajaba en su hidroavión con un niño llamado Pecas y su perro Salchicha.
Los capítulos de este seriado culminaban casi siempre con la frase “una vez más
el equipo conformado por…”, así que cada vez que terminamos la jornada de
trabajo él relata nuestro día con la
oración acompañada de la frase “el equipo número 1” por ser el único
equipo que hay, el que no tiene relevo. Para mi ellos si conforman el equipo número
uno por su calidad, hacen de nuestro programa nuestro milagro semanal, algunos
pocos hacemos lo que en muchos lugares requiere de 15 personas o más.