lunes, 7 de octubre de 2013

LOS CUENTOS DE MI TIERRA / LOS ROSTROS DE TRABAJO DE GALIPÁN


Galipán se encuentra prácticamente frente a  los ojos de quienes vivimos en Caracas, en la vertiente norte de apreciado Ávila. Su gente trabajadores de la tierra, encontraron en el servicio turístico otra forma de dar vida a su espacio. Entre flores, la neblina y las montañas los Galipaneros van crean su propia historia.


La comunidad de Galipán comenzó a formarse hace unos 200 años, cuentan los galipaneros. Personas provenientes de las Islas Canarias convirtieron a este sitio en su casa. Solo veintiún kilómetros separan a este poblado de la convulsionada Caracas y basta solo emprender la subida a través de la zona de cotiza y superar la parada de Los Venados para sentir como cambia el ambiente, que no sólo se traduce en el clima, sino también en la tranquilidad con que sus habitantes caminan sus días. Trabajan fuerte, se inventan cosas cada día, creen en la fuerza que tiene su entorno y como esto se traduce en energía positiva para todo aquello que emprenden. Ciertamente Galipán está muy cerca de la capital, pero el temperamento de su comunidad dista mucho del que tienen los capitalinos. Estos ingeniosos pobladores se las ingenian cada día para ofrecer elementos que atraigan a los visitantes los fines de semana.



El Pan que Ayudan a Cocinar los Ángeles
Johan Toro cree en el cielo, el cosmos y todo aquello que signifique gracia divina. Pero sobretodo tiene fe en aquella fuerza superior que para él tiene el nombre de Dios. Gracias a Él asegura haber obtenido todo lo que hoy lo hace feliz, cocina porque  se siente creador cada vez que lo hace, experimenta nuevos sabores y texturas para superarse a sí mismo. Por estos días emprendió la aventura junto a su socia Luisa Bello de abrir una panadería en lo alto de la montaña. Y así nació Galipán Deli un pequeño café y taller de panadería donde explica Johan que se cocinan estas masas de harina con los elementos que la naturaleza le provee. Sus productos saben a Galipán, porque solo tiene que salir al jardín de su casa para tomar el romero que le servirá de sazón a uno de sus panes. Los artesanales de Toro juegan con la menta, el orégano y su ingrediente preferido: el cacao. “Yo digo que todo lo que es este lugar se lo debo al pan de cacao, porque la gente lo prueba y experimenta un sabor que no conoce pero que se le hace muy agradable”.
Mis hijos vivieron la experiencia de cocinar pan con Johan, agregaron los ingredientese n bol,mezclaron,amasaron y vieron como sus bolitas de harina subían en el horno y tomaban forma. Sus rostros se iluminaron cuando vieron sobre bandejas panes de distintas formas, tonos y sabores que sabían habén ellos ayudado a preparar. Johan sonríe porque le gusta enseñar, le gusta que quien viene a su negocio sea feliz a través de un tema tan universal como  la comida. 







La Dulzura de Nela y su Chocolate
Las Montañas de Galipán están ubicadas a unos 1.700 metros de altura. Desde ellas se puede ver el verde del bosque y desde algunos puntos el mar, su bruma y los barcos en su arribo. En cada espacio se ven las flores , la magia. Eso dice Nela Moser que fue lo que la trajo a este paraíso. Trabajó en publicidad toda su vida y de pronto decidió dar un cambio drástico y devolver en servicio todo lo que su carrera le había dado. La primera tarea era establecerse y así consiguió un terreno donde levantar su casa, que ahora formada muestra los más puros materiales de la zona: madera, fibras materiales, barro y  piedra. Este acogedor hogar es también la sede de su taller “Pichacho” donde ella asegura todos trabajan contentos. “Aquí no hay prisa, si algo sale mal, se vuelve a hacer, porque todo debe ser perfecto o por lo menos acercarse a ello”. En Chocolates el Picacho se elaboran bombones artesanales con chocolate de leche, oscuro y blanco. Nela y sus dos ayudantes, dos jóvenes que también viven en Galipán dan rienda suelta a su imaginación cada día ingeniándose formas de presentar los dulces y así estos se ofrecen en cajas, bolsitas, rellenos y bautizados con particulares nombres.
La montaña le dio tanto a Nela que hasta escribió un libro. Un cuento donde una princesa recibe un regalo, una torta de chocolate. Y allí sigue la historia entre duendes, cocineros y otros fantásticos personajes  que recorren las montañas de Galipán y otros espacios de la geografía venezolana para encontrar el ingrediente perfecto: el cacao.



Familia Unida
Es la imagen que se lleva quien visita Granja Natalia, un restaurante que tiene más de 11 años escuchándose en las tierras de Galipán. Ha pasado por transformaciones y  su dueño Ángel Sánchez Medina entró y salió,  y ahora nuevamente está cerca de los suyos cocinando. Ofreciendo a los comensales su influencia francesa y tailandesa. Su padre le ayudándole en las brasas, la madre, se siente orgullosa de sus hombres. En Granja Natalia se pueden comer ensaladas, carnes, pollo, deliciosos postres,  una cocina muy elaborada con aromas de jazmín, con hierbas, con nombres que solo entienden los chef, pero hay algo que nunca falta y que siempre encanta: La Sopa Natalia. Esta es una crema hecha a base de tomate, con zanahorias, cebollas y ajos. Almendras fileteadas la adornan. Resulta tan familiar como el concepto que maneja este restaurante galipanero donde se muestra el trabajo de un grupo de personas unidas por algo más que el apellido.



La Locura más Hermosa
Esa es la que demuestra Zoe. El encontró también su fuente de trabajo en la montaña y de ella dice tomar la inspiración para dar vida a su obra. El Museo de las Piedras Soñadoras es un lugar donde la gente puede saltar, caminar, respirar y jugar como si fuera niño. Gonzalo Barrios se hace llamar Zoe y dice haber creado el primer y único museo ecológico del mundo. Lo formó con piedras de mar y se imaginó a la mujer como creadora de vida cuando diseñó sus piezas. Allí el visitante debe entrar descalzo para sentir la naturaleza desde los pies, armar esculturas con piedras, caminar sobre ellas, sentarse a mirar el mar desde la posada. Además en cada grupo que entre debe haber por lo menos una fémina.  Zoe los guía y  ayuda a “concentrar sus energías”, según dice. No le molesta que la gente lo haya tildado de loco, pues asegura que el tiempo le ha dado la razón e instituciones universitarias y ministerios valoran y publican sus trabajos. Barrios adoptó esta como forma de vida, cuando sintió que los árboles, sus hojas, la tierra que pisaba se formaba en un solo ser con él. Asumió el  estudio de la naturaleza como universidad y comparte ahora sus conocimientos con aquellas personas que llegan a visitarlo.







LAS COORDENADAS
-          Galipán Deli: Espacios de Posada Miradas. Sector San Antonio de Galipán (58)426-7977295 @GalipánDeli
-          Granja Natalia: En la vía hacia la Guaira después de la Gruta de la Virgen (58) 414-2723005 @granjanatalia
-          Chocolates Pichacho: Cercano a la Gruta de la Virgen de La Rosa Mística (58)414-2633487  chocolates@picacho.com.ve

-          Museo de las Piedras Soñadoras: (58)416-6288874 / 416-7205653

Texto: Erika Paz
            @erikapazr
            @cuentosdmtierra
Fotos: Raymar Velásquez
            @raymarvelasquez

sábado, 5 de octubre de 2013

TEMA MUSICAL: LOS CUENTOS DE MI TIERRA

Tiempo sin pasar por aquí, pero no ha sido falta de cariño, sino empeño de querer seguir mostrando nuestra tierra bonita, que ahora se las llevaremos a través de la señal de Globovisión todos los domingos a las 10:30 am. Les dejamos por aquí nuestro tema musical, letra y música de nuestro gran amigo Héctor Martínez, vocalista de la banda Caseroloops. Editado por el mejor: Raymar Velásquez